Hoy salí a buscarte en el jardín del dolor, solo me encontré con rosas marchitas... No estabas llorando como en todos los ocasos. Entonces me dí cuenta de que ya no ibas a volver a mi jardín, que te habías propuesto volar, volar muy alto... No ibas a dejar que nadie te detuviera, entonces sentí una mezcla de felicidad con tristeza. Sabía que te merecías la libertad pero nunca iba a volver a verte. Ya no pertenecerías a mí, pero el único consuelo que encontré entre tantas lágrimas fue que quizás me recordarías...
Se oye mi respiración entrecortada en los silencios que marca el protocolo del enamorado en esta tarde de Febrero, en la pared un reloj que va marcando los minutos que pierdo con el sueño de verle a la luz de la luna en mi cama, y él... El esta detrás de esa puerta. No, no me atrevo, no puedo enfrentarme a una mirada que me tortura por dentro y se mete en mi mente para adivinar mis palabras
antes de decirlas, ni a los acordes que marcan sus latidos,
no me puedo enfrentar a la realidad de su presencia
en una habitación donde respiramos el mismo aire,
no puedo luchar contra ese cristal que se crea cuando
estamos juntos y jugamos a ser mimos para entendernos,
no puedo hacer frente a mis deseos de chillarle, de
entenderle, de llorarle, de decirle que el desamor
no es cosa de dos como el piensa...
Entro por la puerta y entonces le veo a él, me mira y
noto que sus labios
dibujan una leve angustia, una
arcada
de felicidad se dibuja en sus ojos
pero de su boca solo
sale un..."Cuanto tiempo". Un cuanto tiempo, curiosa
expresión... Juraste que 2 mas 2 eran 4 por nuestro amor,
a la persona que
solo necesita levantarse un Sábado y
notar que hay un bulto entre sus
sabanas, eres tu, escondiéndote
del despertar. Y yo... yo le respondo con un,
"si, tienes razón"
¿que le podía decir si un recuerdo me había echo un nudo
en la garganta?.
Le observo como observa un medico a aquel paciente que
delante de él se le
a escapado la vida y cuando fuese a tocarle
se convirtiera en arena que se
desliza entre mis dedos,
como un castillo de naipes que sabes que si lo tocas
se
derrumbara delante de tus narices. Él y sus ojos, que son
tan grandes y
verdes que al mirarlos te olvidas de que
hoy es 22 de Febrero y de que hace
frío y que me siento
sola, solo existe en ese momento un punto negro en el
infinito y un iris verde que me observa..
. El olvido me
está atacando... Pero no
hace que desaparezcas de lo
más hondo de mí...
By: Delirium/Anti-KiwiKiwi
